El pasado sábado nos visitaron Alma, Bárbara, Gorka, Greta, Jacobo y Valeria, acompañados de sus familias. En esta sesión de bebeteca contamos “La granja del señor Coc”, de Jo Lodge y El Pollo Pepe, de Nick Denchfield y Ant Parker. También practicamos la psicomotricidad y el equilibrio de los peques con diversos juegos con aros y descubrimos las sorpresas en forma de cuentos que nos dejó Beba en su saca.
En este post seguimos enumerando los “porqués”: porque nunca es demasiado pronto para acercar a los niños a los libros; en esta ocasión, nos centramos en la capacidad de expresarse y en el conocimiento del mundo que les rodea.
Como ya sabemos, cualquier sonido, imagen, gusto, olor o rugosidad estimula los sentidos del niño. A medida que los nervios sensoriales envían sus mensajes al sistema nervioso central, y especialmente al cerebro, estos mensajes adquieren significado y comienza así la percepción.
Bower (1979) cree que al nacer, los sentidos están coordinados pero no diferenciados; él habla de una “unidad primitiva” de los sentidos como que el estímulo auditivo especifica algo relacionado con ver y tocar, el estímulo visual significa algo para el tacto y el estimulo táctil implica algo a la vista.
El bebé, antes de poder diferenciar, puede no saber si está viendo algo o escuchando algo sólo basándose en el estímulo sensorial, pero en las primeras semanas de vida va aumentando su sensibilidad a la modalidad sensorial que registra según un estimulo específico. En las primeras semanas de vida el ambiente es un determinante crítico como fuente de sensaciones, por lo cual influencia, muy tempranamente, las preferencias sensoriales. Por ejemplo, si el ambiente es rico en estímulos visuales y contrastes pero carece casi totalmente de sonidos, el sentido auditivo se usa menos y más tarde el niño puede demostrar menos sensibilidad para discriminar los sonidos. Esta es la más importante preocupación de los neonatólogos y de otros especialistas cuando los bebés nacidos antes de término viven los dos o tres primeros meses de sus vidas en las unidades neonatales que no alteran su ambiente. El ambiente es “estéril” y carente de estimulación sensorial útil (Shaeffer, 1980).
El universo de los cuentos, fuente de sensaciones, ayuda al adulto a interactuar con el bebé y poco a poco el pequeño va descubriendo que detrás de esas páginas con dibujos, colores, texturas, sonidos, palabras … hay algo más, que le permite descubrir el mundo que le rodea y estimular sus habilidades comunicativas, desarrollando sus capacidades lingüísticas de comprensión y expresión.
Y como los niños no vienen con manual de instrucciones y en muchas ocasiones los padres no sabemos cómo reaccionar ante muchas situaciones, en esta ocasión queremos recomendaros un libro en el que, según su autor, “buscamos mejorar la ca
Ya sabéis que en las Bibliotecas Municipales de A Coruña tenemos un espacio especialmente dedicado a los papás: SOS Pais, donde encontraréis información para ayudaros desde el embarazo y hasta la adolescencia de vuestro hijo. Podéis consultar nuestro catálogo pinchando aquí.
Y no os olvidéis de consultar nuestra galería de Flickr, donde hemos subido una selección de fotos de este último bebencontro. Sin más, nos despedimos, esperando veros en el próximo!
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